A menudo entendemos el aislamiento de una vivienda como una estrategia para protegernos del frío en invierno, pero lo cierto es que construir una casa bien aislada nos va a proporcionar un clima interior adecuado durante todo el año, protegiéndonos de la pérdida de calor en invierno y de la ganancia de calor en verano.
En España, solemos subestimar el efecto del aislamiento, puesto que las temperaturas en nuestro país no son extremas, pero si nos fijamos en los resúmenes climáticos anuales, la mayoría de las poblaciones españolas pasan varios meses al año en los que no superan la temperatura media de 10 grados. Por este motivo, construir una casa bien aislada debería ser la primera estrategia de confort y de hecho, a nivel de eficiencia energética una casa bien aislada y sellada puede conseguir un ahorro energético del orden del 90%.
Si bien las condiciones climáticas de la población donde se sitúa una vivienda van a definir el tipo y el grosor del aislamiento apropiado para nuestro hogar, entender el microclima de nuestro terreno y saber aprovechar las ganancias de sol a lo largo del año va a ser un factor relevante para adecuarnos a las variaciones estacionales y mantener una temperatura de confort interior constante.
1. Diseño del aislamiento para pérdidas y ganancias de calor.
Lo primero que deberemos considerar en el momento de seleccionar el tipo y grosor de aislamiento de nuestra vivienda va a ser, como hemos visto, el diseño bioclimático en relación a la incidencia de sol.
Si tenemos una vivienda muy expuesta al sol con grandes ventanales, la ganancia de calor va a ser muy elevada, por lo tanto, si a esta vivienda le aplicamos una gran cantidad de aislamiento y nos encontramos en un clima templado con inviernos suaves y veranos cálidos, estaremos consiguiendo un efecto horno en el interior.
Así, para construir una casa bien aislada, será necesario considerar la orientación de la vivienda, el asoleo disponible y el clima del lugar.
2. Evitar los puentes térmicos
Otro concepto a tener en cuenta en relación para construir una casa bien aislada serán los puentes térmicos.
Las corrientes de aire o las pérdidas de calor que se producen en zonas con puentes térmicos pueden llegar a representar el 25% del total de pérdidas energéticas de un hogar en los meses invernales.
3. Aislar viviendas para evitar humedades
El último concepto a tener en cuenta para construir una casa bien aislada es la transpiración.
En el interior de las viviendas, se genera mucha humedad por el propio uso de estancias como baño, ducha o cocina que es preciso eliminar. A menudo se insiste en la importancia de ventilar la vivienda diariamente puesto que el exceso de humedad que no puede ser absorbido por el ambiente se traslada a los materiales de construcción.
En los últimos años con el desarrollo de la tecnología de materiales de aislamiento derivados del petróleo ha sido común instalar aislamientos plásticos como poliestireno o el poliuretano proyectado que si bien confieren unas buenas cualidades aislantes a un precio muy económico, se trata de materiales plásticos que no transpiran y por lo tanto no permiten el paso de la humedad.
Si un material impide el paso de la humedad, ésta condensa y las condensaciones en el interior de una vivienda son un caldo de cultivo de moho, bacterias y virus. Si esto ocurre en el interior del muro, donde no es visible, como consecuencia de un aislamiento no transpirable, estaremos viviendo en un entorno poco saludable.
4. Materiales de construcción que no requieren aislamiento
Si bien la mayoría de materiales de construcción no son en sí mismos suficientemente aislantes, hay que tener en cuenta que existen materiales que incorporan aislamiento debido a su condición de materiales porosos que les confieren la capacidad de almacenar aire en su interior sin mermar con ello su resistencia.
Este sería el caso de las viviendas de paja, cuyos muros están formados por un entramado de madera que sujeta grandes fardos de paja. La paja es considerada un material para construcción de muros pero también un material con una excelente calidad de aislamiento.
Otro ejemplo de material que cumple a la vez la función de material estructural y aislante, sería el hormigón celular en bloques. Una opción menos ecológica que la construcción en paja pero algo más económica.
En ambos casos, sin embargo, será necesario valorar las condiciones propias del terreno donde se va a construir la vivienda para determinar el aislamiento necesario.
En relación a las estrategias de aislamiento, encontramos dos formas de aislar una vivienda, ya sea aprovechando la capacidad aislante del aire contenido en el interior de un material o bien aprovechando su capacidad de irradiar calor. Así los tipos de aislamiento, se basan en:
Aislamientos por densidad: el aire atrapado en el interior del material es lo que le confiere una resistencia térmica, esta característica no depende de la dirección del flujo de calor puesto que aísla en ambos sentidos.
Aislamientos reflectantes: por su parte, los aislamientos reflectantes son materiales con capacidad para irradiar calor, disponen de una alta reflectividad y baja emisividad. Son aislamientos con una capa brillante y su capacidad aislante depende del sentido del calor a través de los mismos.
¡¡Feliz Semana!!