Estamos más que acostumbrados a escuchar o decir que el yeso es incompatible con el acero por que lo ataca y corroe. Sin embargo permitimos recibir las garras metálicas de los marcos de las puertas y otro elementos metálicos con pasta de yeso. También se puede ver el mal estado que suelen presentar algunas viguetas metálicas de los antiguos forjados donde el ladrillo se tomaba con yeso vivo directamente al metal.
La realidad sobre la incompatibilidad del yeso con el acero es la siguiente:
El yeso que se usa en las obras en forma de pasta o mortero es un sulfato de calcio que se hidrata por ser un producto hidráulico, es decir, fragua con el agua que le añadamos para obtener las prestaciones deseadas. Al ser sulfato, el yeso reacciona con algunos materiales, entre ellos con el acero.
Así pues, un acero desnudo en contacto con el yeso se verá “más atacado” superficialmente, pero exclusivamente por la humedad que crea corrosión.
Por lo tanto, el yeso ataca realmente al acero por dos cualidades principales: se necesita hidratar el yeso en polvo para aplicarlo y el yeso es un material muy higroscópico, es decir, adsorbe la humedad ambiental con mucha facilidad.
¡¡Feliz Semana!!